Partimos hacia nuestro destino Cotahuasi a las 2:00 pm del 27 de julio. Llegando a Chuquibamba, las noticias no podían ser peores: habían cerrado la carretera, se esperaba la peor tormenta de granizo y nieve en el Nevado de Coropuna...
Todos nos recomendaban quedarnos en Chuquibamba; carros, motos y buses regresaban con las peores noticias. ¡¡Cruzar era imposible!!
Sin embargo, nuestro guía Alejandro Paiva, con su gran experiencia en estos caminos, y la pericia de nuestros pilotos, nos animó a seguir adelante: la aventura tenía que continuar.
Nos lanzamos de lleno a nuestra ruta: objetivo bordear coronando el Coropuna (el segundo nevado más alto del Perú), para llegar a Cotahuasi y cumplir nuestra meta del día.
En el caminos nos cruzamos con algunos buses habían podido atravesar y otros se habían hundido en la nieva obstruyendo el tránsito de una sola vía. La pista estaba muy resbalizada, y la nieve caía continuamente, el paisaje era increíble: Luis Ignacio decía que parecían enormes brownies llenos de azúcar impalpable... nos llegó la noche y el primer contratiempo: un bus lleno de pasajeros en dirección contraria se quedo atorado en plena pista impidiendo el tránsito en ambos sentidos...la altura llegaba a los 4,900 msnm, el frío era insoportable (-3 grados) y la espera se hizo interminable...todos sentimos una tremenda angustia: el tiempo pasaba y no había señales de poder avanzar ya que el bus se atoraba cada vez más...
Felizmente al tratar de desatorar el bus limpió parte de la vía, lo que nos permitió avanzar...eso creíamos la sorpresa venía detrás había un camión que también impedía el paso...dos horas después y gracias a la pericia de nuestros conductores y a la buena dirección de nuestro guía pasamos!!!, esto era sólo el inicio....
La nevada era interminable, la pista hielo puro y resbaladiza, la velocidad 5km por hora, con doble tracción en 4L…la noche era más que oscura, las horas pasaban y parecía que no avanzábamos. Mientras tanto a través de la radio FRS nos dábamos ánimo, comentando temas, haciendo bromos y la misma pregunta se repetía…cuánto falta para llegar?, a lo que Alejandro siempre contestaba lo mismo, “hora y media”…
Los chicos (y algunos grandes también), sufrieron por la permanencia tan prolongada a 4,600 msnm del mal de altura, felizmente haciendo caso a los consejos de Blanca (a “White”), todos teníamos un balón de oxígeno que nos salvó la vida…
Cuando pensábamos que nunca llegaríamos y estábamos al borde de las 12:00 pm, a lo lejos se divisaron las primeras luces que veíamos…Cotahuasi estaba cerca…o al menos eso parecía, ya que tardamos 2 horas más en llegar…
Por fin a las 2:15 am entramos a Cotahuasi, un poco asustados de lo intenso de las últimas horas, pero contentos de haber pasado sanos y salvos tamaña prueba… esto fue como un curso intensivo de manejo en hielo…
Todos nos recomendaban quedarnos en Chuquibamba; carros, motos y buses regresaban con las peores noticias. ¡¡Cruzar era imposible!!
Sin embargo, nuestro guía Alejandro Paiva, con su gran experiencia en estos caminos, y la pericia de nuestros pilotos, nos animó a seguir adelante: la aventura tenía que continuar.
Nos lanzamos de lleno a nuestra ruta: objetivo bordear coronando el Coropuna (el segundo nevado más alto del Perú), para llegar a Cotahuasi y cumplir nuestra meta del día.
En el caminos nos cruzamos con algunos buses habían podido atravesar y otros se habían hundido en la nieva obstruyendo el tránsito de una sola vía. La pista estaba muy resbalizada, y la nieve caía continuamente, el paisaje era increíble: Luis Ignacio decía que parecían enormes brownies llenos de azúcar impalpable... nos llegó la noche y el primer contratiempo: un bus lleno de pasajeros en dirección contraria se quedo atorado en plena pista impidiendo el tránsito en ambos sentidos...la altura llegaba a los 4,900 msnm, el frío era insoportable (-3 grados) y la espera se hizo interminable...todos sentimos una tremenda angustia: el tiempo pasaba y no había señales de poder avanzar ya que el bus se atoraba cada vez más...
Felizmente al tratar de desatorar el bus limpió parte de la vía, lo que nos permitió avanzar...eso creíamos la sorpresa venía detrás había un camión que también impedía el paso...dos horas después y gracias a la pericia de nuestros conductores y a la buena dirección de nuestro guía pasamos!!!, esto era sólo el inicio....
La nevada era interminable, la pista hielo puro y resbaladiza, la velocidad 5km por hora, con doble tracción en 4L…la noche era más que oscura, las horas pasaban y parecía que no avanzábamos. Mientras tanto a través de la radio FRS nos dábamos ánimo, comentando temas, haciendo bromos y la misma pregunta se repetía…cuánto falta para llegar?, a lo que Alejandro siempre contestaba lo mismo, “hora y media”…
Los chicos (y algunos grandes también), sufrieron por la permanencia tan prolongada a 4,600 msnm del mal de altura, felizmente haciendo caso a los consejos de Blanca (a “White”), todos teníamos un balón de oxígeno que nos salvó la vida…
Cuando pensábamos que nunca llegaríamos y estábamos al borde de las 12:00 pm, a lo lejos se divisaron las primeras luces que veíamos…Cotahuasi estaba cerca…o al menos eso parecía, ya que tardamos 2 horas más en llegar…
Por fin a las 2:15 am entramos a Cotahuasi, un poco asustados de lo intenso de las últimas horas, pero contentos de haber pasado sanos y salvos tamaña prueba… esto fue como un curso intensivo de manejo en hielo…
cansados y contentos nos dirigimos a nuestros alojamientos, el descanso lo teníamos bien merecido!!!!!